lunes, 3 de junio de 2019
Historia de Pokémon - Del cable link a la Gran pantalla
Saludos frikipilleros. Hoy, repasamos la historia de Pokémon. Desde su invención por parte de Satoshi Tajiri, hasta su adaptación al cine con Detective Pikachu. Y entre medias, hacemos un repaso a todos los juegos, generaciones y sagas que ha tenido este título.
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domingo, 19 de mayo de 2019
Multiverso Marvel - ¿Lo veremos en el MCU?
Saludos frikipilleros. Hoy analizamos los universos más importantes en el multiverso de los comics Marvel. Hablamos de Spiderverse o las Secret Wars y además analizamos las posibilidades de que este multiverso aparezca en el Universo Cinematográfico.
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jueves, 9 de mayo de 2019
Nuevo avance de Final Fantasy VII Remake
Hace nada se ha hecho público un nuevo avance del esperado remake de Final Fantasy VII con los primeros retazos de gameplay que vemos en casi cuatro años. Pone el hype aún más por las nubes. #FFVIIRemake
sábado, 4 de mayo de 2019
Análisis: Detective Pikachu (juego para Nintendo 3DS)
El juego maduro del día. Este tiene ya unos meses, pero me apetecía mucho traerlo aquí, más aún cuando se acerca la película homónima, protagonizada por Justice Smith y con Ryan Reynolds como la voz de este peculiar Pikachu.
Sí, porque el pikachu que da nombre al título de este juego, DETECTIVE PIKACHU, no es el de Ash Ketchum. Para nada. Es más, casi es la antítesis del sempiterno acompañante del entrenador pokémon de pueblo paleta.
Pero empecemos por el principio. ¿Qué es este juego? Pues claramente, no es una continuación, por así decirlo, de la saga principal de Game Freak, iniciada hace ya la friolera de 20 años en la portátil de nintendo de aquel entonces, la Gameboy con los Pokémon Rojo y Azul en España y Verde y Azul en el país del sol naciente. Este Detective Pikachu es uno de esos juegos paralelos, como podía serlo el pokémon ranger, o el pokémon pinball, o el juego de cartas de pokémon basado en las cartas de Wizards of the Coast. Pero es mucho más que eso, porque este cartucho, es más bien un spin off de la saga original. O puede que del anime. Sí señor. Porque aquí, tenemos hasta un cameo del Pikachu de Ash. O del pikachu de Rojo. Bueno, de “ese” pikachu.
Detective Pikachu ha llegado este verano a nuestras 3DS. Dos años tarde, hay que decirlo, porque en Japón se estrenó en 2016. Y ha venido para triunfar. El juego ha sido creado por la subsidiaria de Nintendo, Creatures, que creo que ha hecho un trabajazo. Y os diré porqué. Pues porque en este juego tenemos ocasión, casi diría que por vez primera de sumergirnos en el mundo pokémon como no lo habíamos hecho antes. Hasta ahora, nuestra misión siempre había sido recorrer el mundo, ya fuese por Kanto, johto, Alola o la región que tocase, para combatir con literalmente quien se cruzara en nuestro camino. Y así hasta coleccionar todas las medallas de gimnasio y ganar la liga pokémon, convirtiéndonos en el mejor entrenador pokémon de todos los tiempos. En Detective Pikachu la cosa cambia. Al fin podemos explorar un mundo donde estas criaturas no son simplemente objetos, máquinas de combate usadas para ver quien la tiene más grande. Aquí los pokémon conviven con los humanos, trabajan, se divierten… son seres que viven en sociedad con nosotros.
Y en este mundo, nos trasladamos hasta Ryme City. A la ciudad acaba de llegar un joven llamado Tim Goodman. El padre de Tim, Harry, era detective en Ryme City, pero hace dos meses que desapareció tras un accidente de tráfico. Nada más llegar, Tim se ve envuelto en un asunto con unos Aipom ladrones y ¡pum! Se topa con un extraño pikachu. Uno al que Tim entiende. Sí frikis, porque este pikachu habla, pero además habla con un vozarrón y una socarronería como no hubiéramos imaginado jamás. Es hasta un ligón y le tira los trastos a más de una humana. De un modo u otro, Tim y pikachu acaban formando equipo para dar con Harry, el cual resulta que era el dueño de Pikachu. Por el camino, y a través de nueve interesantes capítulos, ambos detectives se complementarán para, además, averiguar por qué se están dando extraños casos de conflictos entre pokémon y humanos en la ciudad.
La historia, aparentemente sencilla en su comienzo, se va complicando y tensando cada vez más hasta llegar, tras 12 horas de juego a tremendo clímax. Mola además, porque el modo en que está escrita es muy detectivesco. Capítulo a capítulo, los personajes visitan la agencia de detectives Baker, la cafetería Hi-hat (sí, este pikachu es adicto al café) y van recorriendo diversos emplazamientos donde llevan a cabo sus investigaciones. ¿Cómo? Pues básicamente se trata de una aventura gráfica, muy al estilo Broken Sword, donde hemos de ir curioseando por la pantalla e interrogando a todo humano o pokémon que se nos ponga por delante. Sí, también pokémon, porque gracias a pikachu podemos comunicarnos con ellos también.
Y en este mundo, nos trasladamos hasta Ryme City. A la ciudad acaba de llegar un joven llamado Tim Goodman. El padre de Tim, Harry, era detective en Ryme City, pero hace dos meses que desapareció tras un accidente de tráfico. Nada más llegar, Tim se ve envuelto en un asunto con unos Aipom ladrones y ¡pum! Se topa con un extraño pikachu. Uno al que Tim entiende. Sí frikis, porque este pikachu habla, pero además habla con un vozarrón y una socarronería como no hubiéramos imaginado jamás. Es hasta un ligón y le tira los trastos a más de una humana. De un modo u otro, Tim y pikachu acaban formando equipo para dar con Harry, el cual resulta que era el dueño de Pikachu. Por el camino, y a través de nueve interesantes capítulos, ambos detectives se complementarán para, además, averiguar por qué se están dando extraños casos de conflictos entre pokémon y humanos en la ciudad.
La historia, aparentemente sencilla en su comienzo, se va complicando y tensando cada vez más hasta llegar, tras 12 horas de juego a tremendo clímax. Mola además, porque el modo en que está escrita es muy detectivesco. Capítulo a capítulo, los personajes visitan la agencia de detectives Baker, la cafetería Hi-hat (sí, este pikachu es adicto al café) y van recorriendo diversos emplazamientos donde llevan a cabo sus investigaciones. ¿Cómo? Pues básicamente se trata de una aventura gráfica, muy al estilo Broken Sword, donde hemos de ir curioseando por la pantalla e interrogando a todo humano o pokémon que se nos ponga por delante. Sí, también pokémon, porque gracias a pikachu podemos comunicarnos con ellos también.
Como herramientas contamos con nuestro cuaderno, donde tenemos un expediente para ir fichando todo cuanto vemos, personajes, pokemon, conversaciones… y un apartado de pesquisas donde anotaremos todo hecho importante en cada caso, lo que nos llevará a resolver los diversos misterios. Pero además hay pruebas y puzzles que hemos de resolver.
La única gran pega que quizás tiene el juego es su nivel de dificultad. Resulta relativamente fácil, aunque el nivel aumenta según avanzamos en la historia. Pero es más que asequible, más aún cuando pikachu nos insta a hablar con él y nos va ayudando y dando pistas sobre el siguiente paso que hemos de dar. De hecho, Pikachu nos llama en ocasiones, pero también nosotros podemos llamar su atención cuando lo deseemos. Pikachu nos dirá algo a través de una divertida animática. A veces algo importante, otras algo divertido.
Así pues, no resulta aburrido para nada, pues es tal la riqueza de personajes, escenarios y pokémon, combinada con lo interesante de este mundo que ha creado la gente de Creatures donde humanos y monstruos viven en sincronía, que disfrutas el juego cosa mala, como si de una peli interactiva se tratase.
Así pues, no resulta aburrido para nada, pues es tal la riqueza de personajes, escenarios y pokémon, combinada con lo interesante de este mundo que ha creado la gente de Creatures donde humanos y monstruos viven en sincronía, que disfrutas el juego cosa mala, como si de una peli interactiva se tratase.
Otra peguilla, aunque no es realmente tal, es el diseño de personajes. Funcional, pero simplón. Mola, pero está muy alejado del estilo habitual de los personajes de la saga central, lo que a veces me sacaba del universo pokémon un poquito. Pero salvando ese estilo cartoon, es un mundo muy rico y una nueva manera de ver la harmonía entre pokemon y personas lo que, junto con este pikachu vacilón, al cual han logrado darle una personalidad totalmente distinta a la del ratón amarillo que todos conocemos, haciéndole único, hace de este juego una aventura super entretenida que merece la pena explorar.
viernes, 3 de mayo de 2019
Normal: Una novela de Warren Ellis
Traigo un librito que es poco más que un cuento. Pero me llamó muy mucho la atención en la estantería de la librería y no pude dejar de hacerme con él. Yo iba a comprar los cuentos infantiles que SM ha publicado de ET y Regreso al futuro, dibujados por la genial artista canadiense Kim Smith. Una delicia que os recomiendo, para los que tenéis peque, pero también para los que no, que rejoliándronos. Son preciosos. Ya que estamos en un programa de literatura… esto también es literatura, ¿no?
Pues con estos libros en las manos, de repente me topé con una novelita de 150 páginas, muy finita llamada Normal. La portada, bastante chula, llamaba la atención, pero lo que más capturó mi vista fue el autor. Warren Ellis. Frené en seco. ¡Wait a minute! ¿El mismo Warren Ellis de Planetary y Transmetropolitan? ¿El que ha guionizado la serie animada de Castlevania que tanto le gusta a Maite? ¿El de RED, la novela gráfica reconvertida a pelis con Bruce Willis como prota?
Pues sí, ese mismo Warren Ellis. El autor de comic y guionista, para los que no lo sepan, también tiene una faceta novelística. De hecho, ya antes había publicado Camino Tortuoso, que ya me la he apuntado porque mucha gente habla muy bien de ella, y Ritual de Muerte.
A mí me pilló a contrapié, así que la tentación me pudo y la novela se vino conmigo a casa.
¿Y qué es este NORMAL? Pues ya digo, una historia muy cortita, de 147 escasas páginas en su versión impresa y editada por Alianza Literaria, rama de Alianza Editorial. Una novela que de hecho se lanzó originalmente en forma digital y en cuatro partes separadas, como por fascículos. Cuatro partes, que ahora componen una historia completa.
No obstante, tengo sentimientos enfrentados y sobretodo dificultades a la hora de analizar la obra. ¿Por qué?
Bueno, en primer lugar porque la he llamado novela. Pero quizás no sea la palabra adecuada. No porque por extensión se acerque casi más al cuento, sino porque Normal no tiene, precisamente, una estructura muy normal y, más que una historia per sé con pies y cabeza, acaba por ser un compendio de ideas, a cada cual más tortuosa y negativa sobre esos futuros post-apocalípticos que tanto le gustan al señor Ellis.
Pero también tiene sentido, porque la acción de Normal, tiene lugar en un sanatorio mental y por ello, esta estructura, este batiburrillo de ideas y mensajes desoladores, están impregnados de un cierto tono esquizofrénico que le da un aire perfecto y caótico a esta historieta de manicomio.
Además, me da la sensación de que este escrito es casi un experimento de Ellis, una especie de ensayo con tintes de ficción en el cual quiere verter, bajo la voz de una serie de personajes tocados del ala, cuáles son sus puntos de vista sobre la sociedad, la tecnología y el futuro que nos espera. Me da a mi que la mente de Warren está cual olla a presión y necesita de vez en cuando de una poca verborrea literaria, para bien o para mal. Para bien porque las ideas vertidas en Normal son de los más originales y para mal, porque es tal el chorro de información, que muchas veces carece de forma y consistencia.
Como digo, la historia tiene lugar en un manicomio llamado Normal (normal head en el original) donde encierran a los futuristas, tipos a los que pagan por pensar y diseñar un futuro mejor. Pero tanto piensan que se vuelven locos, o como dice Ellis, miran al abismo y el abismo les devuelve la mirada. Entre los futuristas hay dos grupos: Los de previsión estratégica, que dependen de ONGs y buscan evitar desastres futuros, y los de Predicción estratégica, pagados por empresas de seguridad y corporaciones, que dan por hecho esos desastres y pretenden crear métodos para sobrevivir a los mismos.
Nuestro protagonista se llama Adam Dearden, es uno de estos futuristas, recién llegado a Normal tras una crisis nerviosa. Adam es conocido por muchos por haber desarrollado un sistema de microdrones asesinos y después haberse arrepentido al ver cómo su invento le superaba, habiendo pasado por previsión y por predicción estratégica.
Nada más llegar a Normal, otro interno desaparece y en su habitación, sobre la cama, aparecen 90 kilos de insectos de todo tipo. El pánico empieza a revolotear sobre las cabezas desquiciadas del sanatorio.
Así, Adam se convierte en una especie de detective que trata de resolver el misterio del hombre desaparecido, haciendo migas con varios internos, a cada cual más bizarro, tratando de sacar algo en claro.
De este modo, la novela se convierte en una suerte de colección de monólogos de estos extravagantes personajes a través de los cuales nos relatan sus miedos sobre un futuro muy oscuro.
Personajes como Clough, un tío superdesagradable al que sólo calman amenazándole con destruir el único DVD de Danger Mouse que hay en el manicomio.
O Lela, una urbanista a la que le falta un hervor.
Colegrave, un hombre que lleva 15 años allí encerrado y que planea seguir viviendo en el centro hasta el fin de sus días.
O mi favorita, Bulat, una mujer en simbiosis con su bioma. Habla en plural como Venom, pues su cerebro está en comunión con su flora intestinal, que también tiene cerebro y la guía a través del instinto crudo de la naturaleza. Eso y que come líquenes la hace adorable. Bulat intenta convencer a Adam de que escuchar a nuestro bioma nos conducirá hacia un futuro mejor.
También está Dickson, un enfermero que va siempre a tope de anfetaminas para darle servicio a todo el mundo no teniendo que dormir.
O la terapeuta, la Doctora Murgu.
Lo dicho, historias del manicomio. Paranoia y tecnofobia a cascoporro. Una lectura rápida que no ligera, pues como ya digo, los personajes de Ellis, a parte de superficiales (tampoco hay mucho tiempo para profundizar), son dispersos a más no poder y la mayor parte del tiempo nos la pasamos leyendo y avanzando con el pensamiento de “venga, que en algún momento voy a entender algo”.
Al final engancha y gusta, entre otras cosas, por su humor negro, en ocasiones sutil pero descacharrante. Te asustas, porque el mensaje es chungo y desalentador. Piensas que este technothriller no está muy lejos de la realidad. Que la vigilancia constante, los drones, las armas, el control psicológico de masas y demás, está ya a la vuelta de la esquina, si no ejerciéndose en nuestro presente. Pero sobretodo piensas que has empezado a pillar de qué leches va la cosa en la página 145 y te dan ganas de volver a leértelo.
domingo, 28 de abril de 2019
Crítica: THE MARVELOUS MISS MAISEL - Temporadas 1 y 2
(sonido de micro que se acopla)
¿Hola? Hola, buenas noches…
Tengo una pregunta que me lleva reconcomiendo por dentro años. Os la suelto y así os fastidiais vosotros también. ¿Si Hitler y Cantinflas se besan en la boca sus bigotes no se tocan, verdad?
(abucheos)
Vale vale… joe, nunca dije que fuera un buen monologuista. De hecho la Stand up Comedy es muchísimo más que coger un micro y subirse aquí al escenario. Hay que valer. Se requiere valor, carisma y trabajo duro. Analizar a la audiencia, tener gracia y sobretodo algo que contar.
Es el caso de Midge, Miriam Maisel. La mejor cómica que ha visto Nueva York en el siglo XX. ¿No la conocéis?
Si hombre, la increíble Señora Maisel. Bueno, pues si no os suena, ya estáis tardando en poneros a disfrutar de sus aventuras, porque son un must. De hecho, es un delito que no la hayamos traído antes. En serio.
Lo malo es que soy de hacer buenas críticas, nos cuesta ser malos, casi todo nos gusta… y por eso será difícil que valoréis esta serie si digo que es un must, que es redonda o la mejor comedia que he visto en años. Perfecta a todos los niveles. Unos guiones fabulosamente escritos, un elenco y unas interpretaciones magistrales, un trabajo de cámara y fotografía preciosos con una nueva york de los años 50 que no deja indiferente. Amazon Prime Video no ha reparado en gastos.
A veces te sientas a ver una sitcom y ésta tiene sus momentos o su personaje, como Sheldon, o Barney Stinson… aquí todos los momentos cuentan y cada personaje es una risa. Casa plano es precioso. Cada chiste desternillaste
En La Maravillosa Miss Maisel, todo es un no parar. Amy Sherman-Palladino, quien antaño fuera showrunner de las Chicas Gilmore, y su marido Dan, han sabido recoger un montón de piezas dispersas y combinarlas de forma majestuosa en esta serie que ya consta de dos temporadas.
Dos temporadas que tratan sobre la ambición sobre los sueños y esperanzas y sobre los desafíos de una muchacha que sin duda, tiene mucho que decir.
Rachel Brosnahan, a la que puede que recordéis por House of Cards, es Midge, judía pudiente en la Nueva York de los años 50. Sujeta por ello a las reglas y convicciones de su religión y su estatus social. Y, de repente… divorciada con hijos. Sí, porque su marido Joel, que quiere ser monologuista, sufre una crisis de los 30 y decide dejar a su mujer por su secretaria.
La cuestión es que Joel tiene poco talento para la comedia. Pero no así Midge, quien le ha acompañado a cada oscuro y maloliente club neoyorquino, quien ha escuchado cientos de chistes, buenos, malos y peores, quien tiene un don natural para el humor.
Y por eso, la repentina situación familiar de Midge hacen que acabe borracha y semidesnuda dando un discurso en el Gaslight (local real de Nueva York donde surgió lo mejor de la Stand Up), ganándose al público… y yendo a la cárcel. Acaba de nacer una monologuista.
Y por eso, la repentina situación familiar de Midge hacen que acabe borracha y semidesnuda dando un discurso en el Gaslight (local real de Nueva York donde surgió lo mejor de la Stand Up), ganándose al público… y yendo a la cárcel. Acaba de nacer una monologuista.
A partir de ahí todo es cuesta abajo. Pero ya digo, lo genial es que cada momento es para recordar y cada personaje un lujo. Los padres de Midge y de Joel, consuegros constantemente enfrentados, dos familias judías de alta cuna que fanfarronean constantemente para demostrar su lugar en la sociedad. Estas escenas son de lo mejorcito. Hasta Zelda, la criada o el niño de Midge y Joel, tienen gran valor. O Astrid, su cuñada, mi favorita, una pasional e inocente moza que se ha reconvertido al judaísmo y se lo toma más en serio que cualquier otro miembro de la familia. Salen poco, pero cada vez que lo hacen sube el pan. De la mano de Midge va siempre su manager, Susie, una camarera del Gaslight que es la antítesis de Mrs. Maisel. Tosca, vulgar, siempre la confunden con un hombre… un dúo genial al más puro estilo Quijote y Sancho. En la segunda temporada aparece también Shazam!, Zachary Levy, o cameos como el de Rufus Sewell, el obbergruppenfuhrer del hombre en el castillo.
Y luego está el guión, ya digo, inteligentísimo. Cada frase, cada chascarrillo. Humor inteligente, fino, bien hilado e inesperado. Siempre perfecto y nunca con calzador. Diálogos cargados con mucha ironía. Siempre ágil. Es un desenfreno.
Y el punto y final que funciona como broche de oro para todo amante de la Stand up comedy. Los personajes y lugares reales que pululan por el show. Empezando por uno de los padres del humor observacional, Lenny Bruce. Pero también Mort Sahl, Totie Fields, Joan Rivers… y un centenar que a los españoles de a pie pueden no sonarnos, pero que si te pones a indagar verás que de un modo un otro son los precursores de la stand up que tan moderna parece.
Los Sherman Palladino lo han logrado. Hacer una comedia sobre la comedia. Casi como Ignatius aquí en tierra patria, pero bien. Dos temporadas que no os podéis perder si os gusta el chiste inteligente, las interpretaciones de 10, el mundo de los monólogos, el humor judío o la vida en la Nueva York de los 50. Drama, romance y humor. Alimento para el alma y el cerebro. Lo dicho, un must.
Ala, ya lo he dicho. Ahora me voy a seguir pensando en bigotes de cómicos y dictadores. Muy buenas noches.
miércoles, 24 de abril de 2019
Crítica: STAR TREK DISCOVERY - Temporada 2
Cuaderno de bitácora… fecha estelar… ehm… 042019… abril vamos… la misión ha sido todo un éxito. Tras una primera temporada fantabulosa, la CBS no tuvo más remedio que darnos a los Trekkies un poco más de droga mala. Casi tan tóxica como el cristal de dilitio sin refinar. Nos prometió una segunda temporada de Star Trek Discovery y nos la concedió.
La primera temporada llenó nuestros corazones. Fue el Star Trek que nunca habíamos visto. Coproducida por Netflix, nos mostraban una nueva tripulación y una nueva nave en un periodo nunca visto. Una guerra con los Klingon sucedida diez años antes de las aventuras clásicas de Kirk y compañía. Y todo ello en un formato novedoso en la franquicia. Poco más de una decena de capítulos con un arco argumental unificado y unos cliffhangers del copón.
Pues esta segunda temporada ha sido rizar el rizo. Viajes en el tiempo, acción a raudales, tramas personales que tocan la patata, unos efectos especiales muy por encima de la media televisiva, con calidad de producción cinematográfica no sólo en el CGI sino en todo, maquillaje, vestuario… y una entrada en el canon trekkie por todo lo grande.
La Enterprise original hace su presencia aquí. Y su primer capitán, Cristopher Pike, a quien vimos en el piloto del Star Trek de los sesenta, The Cage, más adelante, deforme y en silla de ruedas tras un accidente y en una versión alternativa en la línea Kelvin de las películas de Abrams.
Pues este Pike hereda la silla de capitán de la Discovery y aunque al principio nos planteaba dudas, porque Jason Isaacs y su capitán Lorca habían dejado el liston muy pero que muy alto. Ala, ha sido darle a este señor, Anson Mount, la más mínima oportunidad de convertirse en Pike y ha conquistado el universo Trek como nadie antes lo había logrado.
Bueno, en realidad toda la tripulación de esta Discovery deja huella. Michael, la hermanastra de Spock, Tilly, Stamets, el Saru de Doug Jones, magistral… todos, hasta los más secundarios.
Pero ya digo, la introducción de la Enterprise, los guiños a la serie original, las referencias, el canon llevado al 2.0, Pike, Número Uno y la aparición de Spock, hacen de esta una temporada maravillosa.
Sí, Spock, interpretado esta vez por un muy sexy Ethan Peck. Yo le veía demasiado hombrón para el papel, pero desde luego lo ha bordado. Y es que de algún modo esta temporada ha sido sobre él y su transformación para encontrarse a sí mismo y convertirse en el vulcano que todos conocemos. Aquí vemos a Spock 10 años antes de conocer a Kirk, pero el camino que le marca Michael Burnham, su semi hermana, es el correcto.
Ah, claro, Michael. Sonequa Martin Green. Qué decir que no se haya dicho? Esta actriz es simplemente espectacular. Sus registros, su capacidad para ser el ser humano más tierno y el más agresivo al mismo tiempo. Perspicaz, audaz, mordaz… y muchas más cosas acabadas en AZ. De eso es esta chica… CAPAZ.
La trama no la voy a desvelar porque conviene verla. Y de veras que es una serie imprescindible para los fans, pero también totalmente asequible para todo aquel al que le gusten las buenas producciones de ciencia ficción. Esta vez tenemos sucesos que amenazan el universo y la existencia misma. Una inteligencia artificial malévola y viajes en el tiempo. De hecho, la Discovery acabará embarcada rumbo a la tercera temporada, ya confirmada por Alex Kurtzman, a los mandos del universo televisivo actual de Star Trek, una temporada en la que se nos mostrará un universo nunca visto antes, enfrentando a esta super tripulación a eventos más allá de toda cronología conocida en la franquicia. Deseando estamos ya.
Vivimos una época de gloria y bendición. Star Trek Discovery, The Orville, más trekkie que la propia Star Trek y ya en producción una nueva serie que pinta exquisita sobre el Capitán Picard con un Sir Patrick Stewart que a sus 80 añazos sigue dando guerra.
Larga vida y prosperidad
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