sábado, 5 de mayo de 2018

BATMAN NINJA - Análisis


Empecemos diciendo una gran verdad, aunque a muchos les duela. Para muestra un botón. El MCU ha dominado las carteleras de los cines durante la última década y sigue haciéndolo con estilo. Mientras, DC y Warner sólo han hecho fusiles intentos por competir con Disney y Marvel.

Peeeero! Sí, hay un pero. Y para mí eran las pelis animadas de DC. No todas, hay que decirlo. No son maravillosas. Algunas, como la muerte de Superman (que por cierto, vuelven a producir ahora en versión post new 52, supongo), dejaban mucho que desear. El All Star Superman quedó en agua de borrajas. La peli de la JLA que presentaba su contrapartida Tierra 2 versión Morrison… meh… ahí ahí. Pero bueno, siempre han sido entretenidas, y aunque no han gozado de la mejor animación del mercado, han sido, en su terreno, el animado, muy superiores a los intentos animados de Marvel.

Ahora bien. Esta Batman Ninja riza el rizo con una calidad, una vistosidad, un ritmo y una historia a lo Otros Mundos o Elseworlds que quita el hipo. Su guión no es tan bueno quizás como el de Gotham By Gaslight, pero funciona. De la mano de quien llega esto? Pues de Takashi Okazaki, que a los más otakus del lugar les sonará por ser en creador de Afro Samurai. Y de Okazaki son los diseños de los personajes que aparecen en este nuevo film animado del hombre murciélago, quizás el más artístico que hemos disfrutado nunca. 


Si bien la premisa resulta divertida e interesante, el guión de Kazuki Nakashima no se queda atrás y la desarrolla con genialidad, sumergiéndonos en una historia que no sólo va a gustar a los bat-fans sino que además hará las delicias de aquellos que disfrutan con la cultura japonesa, mezclando en la historia elementos típicos de ésta, así como del manganime. El shogunato, los daymios, la leyenda del dios mono, clanes ninja y hasta mechas… todo se entremezcla aquí a ritmo vertiginoso.

La excusa para poner a batman en el Japón feudal? Una máquina del tiempo ingeniada por Gorilla Grodd y un experimento en pleno Arkham Asylum frustrado por el propio hombre murciélago y la batfamilia, que mandará a estos y a los criminales más buscados de Gotham al pasado nipón.

Por cuestiones de física cuántica, nuestro amigo Bruce aparece dos años después que sus rivales, quienes se han repartido la isla y están en guerra por dominarla. A saber: dos caras, poison ivy, deathstroke, el pinguino, grog y por supuesto Joker y su inseparable Harley Quinn. Junto a Bats tenemos a toda la colección de Robins del mundo. Robin, red Robin, Red hood y Nightwing. A Catwoman que andaba por allí hurtando. Y curiosamente a Alfred, que ha trasladado la batcueva a la huerta japonesa y ha mantenido el batmóvil engrasado y listo para el combate. Pero es cuando Batman pierde su querido vehículo y su tecnología futurista y acepta el camino del ninja, cuando las cosas se ponen interesantes. 

Batman se unirá a su batfamilia y al clan del murciélago, que les esperaba (como anunciaba la profecía) para combatir a los criminales y en especial al joker en una de esas luchas sempiternas que trascienden su relación héroe-villano.

Luchas a katana, batallas en barco a lo one piece, combates ninja dignos de Naruto… todo animado en 3D mediante cell shading, al más puro estilo Poligon Studios, (Ajin y Knights of Sidonia, Blame o Godzilla) lo cual le aporta un detalle impresionante a la imagen cuyo diseño mezcla los trazos más típicos del manga con los elementos más tradicionales del sumi-e y la caligrafía japonesa. Una celebración del arte nipón con mayúsculas. Una autentica obra de arte. Qué decir de un estilo hiperdetallista en el que hasta el cielo es una preciosidad.

Cada personaje se ha recreado al más puro estilo ninja/samurai. Joker es una especie de actor de Kabuki que representa un Oni, Red Hood es un monje, Bruce Wayne se hace pasar por evangelizador cristiano de la época (The Hidden) y hasta Bane aparece como sumotori.

Cons: Algunas escenas van forzadas. Es raro ver a Bruce Wayne viniéndose un poco abajo cuando ve que sus gadgets no funcionan. Porque Batman es ante todo detective y Ninja y luego tecnólogo. Y estas escenas un poco forzadas que trastabillan, llevan a algunos diálogos también un poco tontacos. 

Pero en general, son unos 80 minutos frenéticos y visualmente impecables que nos transportan a una fábula magnífica y un homenaje a todos los géneros típicos del país del sol naciente. Un experimento que podría haber sido un mejunje extraño… pero ha acabado siendo redondo.  Si os gustan los comics, el personaje, el manganime, los videojuegos, la cultura japonesa y su mitología… sea como fuere, esta peli es de obligado visionado. 

Por cierto, destacar el trabajazo en la versión americana de Tony Hale que casi casi nos hace olvidarnos del mítico Joker en animación, el gran Mark Hamill. 




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