lunes, 28 de mayo de 2018

DEADPOOL 2: Análisis

Hollywood, 2017/18. Los superhéroes dan mucho juego… y mucha pasta. Pero los espectadores, comenzamos a saturarnos. Vengadores marvelitas, justicieros deceeros, mutantes de Fox… pero de vez en cuando, hay quien sabe cómo romper con la rutina y presentarnos, dentro del género, una apuesta muy diferente. Con una calificación R y un tono de comedia negra bastante bruto, Deadpool fue la bomba que resquebrajó todo este universo superheróico cinematográfico. Una peli en la cual se notaba el amor que sus principales artífices, Ryan Reynolds y Tim Miller, habían puesto en este proyecto, que era, ni más ni menos, su apuesta personal (sobretodo de Reynolds que estuvo 11 annos queriendo borrar de nuestras mentes la horrenda versión de masacre que vimos es ese truñete que es Lobezno: Orígenes).

Tras una ardua batalla con la Fox Reynolds y Miller sacaron adelante Deadpool por escasos 58 M y encima fue un taquillazo de casi 800 en todo el mundo. Y cuento todo esto porque, sumado a esa aún incompleta adquisición de Fox por parte de Disney, veíamos complicado que Deadpool 2, con David Leitch, director de John Wick a los mandos, pudiera rizar el rizo. ¿Cómo volver a sorprendernos? ¿Volvería Deadpool a hacer que los padres cayesen en la trampa y llevasen a sus hijos a ver “esa nueva peli de superhéroes” que traumatizaría a sus peques de por vida? Y mira que avisan en taquilla…

Pues os voy a decir una cosa. Yo soy de los que están muy cansados del universo mutante. X-men 1 y 2 junto con First Class son mis favoritas. El reso, caca. Y precisamente ahora, hay dos franquicias que me estan levantando… ejem… la moral. En TV, la grandiosa a mi juicio Legión. Y en cine, pues este Deadpool. Y lo puedo decir ras haber visto la secuela. Sigo muy contento.

La cinta no es perfecta, pues para mi gusto adolece de un ritmo irregular y plantea de forma más bien sosaina toda la intervención de Cable o al menos los motivos de su viaje en el tiempo. Peeeeeero… a veces, cuando hay caca culo pedo pis de por medio, con unos cuantos tiros, explosiones y poderes mutantes molones, poco nos importan los ritmos irregulares en el meraje y las historias simplonas.

Y es que reconozcámoslo. Deadpool es eso. Chistes guarros, algo de sexo y violencia, desmadre a cascoporro y la oportunidad de ver al auténtico Wade Wilson acompañado de algunos mutantes muy chulos que, o jamás han dado el salto a la gran pantalla o lo hicieron de forma estrepitosamente cutre o desaprovechada. Véanse los casos de Coloso y (albricias) Juggernaut.

Voy analizando si dar demasiados detalles. Ya he dicho que la peli adolece de falta de ritmo pero quizá esta no sea la manera de expresarlo. Deadpool 2 empieza genial. Con cameo de una figurita de Logan, sorpreson, explosión y boom, escena de créditos a lo Bond, pero absurdos a más no poder. Y después? Pues después se da de bruces contra un muro y la película se hunde en el fango tratando de arrancar con una historia de tragedia semisentimentaloide que si bien, sí conduce a algún sitio, se podía haber agilizado. Había que repetir la historia de la crisis existencialista y la causa personal de la primera parte y sí, conduce directamente al corazón de Wade, a que éste se redescubra como héroe y quiera formar parte de algo más grande… convirtiéndose en un X-men… o en su becario al menos.
Pero las cosas no suelen salirle bien a Wade que acaba sin poderes, medio muerto y acompañado de un joven problemático en una prisión de mutantes en la cual se acaba cruzando con Cable, que precisamente viene del futuro a cargarse al chavalote problemático en cuestión, que traerá consecuencias catastróficas al futuro del que procede Nathan Summers y que, casual casualidad, es compañero de celda de Masacre. Así las cosas, vemos como esta trama nos lleva entre otras cosas a la más que espontánea, genial y bizarra (bizarra como valiente que no absurda, aunque eso también) formación de X-Force… o algo parecido a X-Force.

Fast forward, para no dar más detalles respecto a la trama. Al final la peli se convierte en eso, en la lucha de Wade e incluso la de Cable, por encontrar su lugar en el mundo.

Pero es que ya digo que lo importante no es tanto el QUÉ PASA, sino el CÓMO. Es el tono de la película el que hace que Deadpool 2 se mueva de nuevo como pez en el agua en esa fusión de géneros que tan perfectamente entremezcla violencia y humor. Esta película es un no parar. Es el mercenario bocazas lanzando chistes malos como una ametralladora Gatling desenfrenada. Rompiendo la cuarta pared y destruyendo no sólo el universo Marvel, sino el mutante de Fox y hasta el de DC y Warner. Aquí no queda títere con cabeza. Ni siquiera el estilo de dibujo de Rob Liefield.
Sí, porque si algo no falta en Deadpool 2, son las referencias. Visuales, pero sobretodo dialécticas, la peli es un torrente de comentarios sobre el mundo cinematográfico y comiquero.

Y ya digo, lo que mola, más allá de la trama, son los propios personajes. Deadpool, en su línea, ya le conocéis. Coloso, tal cual, redescubierto como grandioso humorista. Cable encaja con lo que esperábamos. Josh Brolin, AKA Thanos, hace otro papelón con este soldado del futuro que hace una pareja espectacular con Masacre por ser precisamente su antítesis, un tío capaz de sonreir o de hacer un chiste en dos horas de peli. Bajito, pero es el Cable perfecto para el cine. De X-Force no quiero decir mucho que ya tendrán su propia película. En concreto me quedo con Domino que, si bien fue víctima una vez más de la polémica por ser interpretada por la actriz afroamericana Zazie Beetz, creo que es perfecta para el papel y hace de esta mutante una, muy molona y además, el puente ideal entre el zumbado de Masacre y el rancio de Cable. Vale, Peter también mola. Y… lo he dicho ya? (ATENCION SPOILER) Sale Juggernaut. Pero Juggernaut como dios manda, basto como él solo y como todos le recordamos en los comics. Interpretado además por… no sé si lo han puesto ya en IMDB porque en su día no lo decía… el mismísimo RYAN REYNOLDS. Un bis. Y no comment del gran sidekick de Wade. No, no me refiero a Comadreja, sino al increíble taxista Doppinger. Ojo a él.

En resumen: Deadpool 2 supera a su predecesora en histerismo, chistes guarros, violencia, acción (magistralmente coreografiada por el señor Leitch) personajes molones, referencias… y consigue ese más y mejor que todos esperábamos, curiosamente, con una parte final que difiere mucho del hoy tan común finale épico de hordas de alienígenas y armas de destrucción masiva a punto de acabar con el universo. Aquí, señores, importa, la sátira el diálogo y lo bocazas del mercenario. Si no me creeis, no os perdáis la escena post créditos.

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