Cloud Atlas o el Atlas de las Nubes es la nueva
producción de los hermanos Wachowsky, Andy y Lana, a cuyos mandos se ha unido
el alemán Tom Tykwer.
Si bien a los hermanos se los recuerda por
producciones como The Matrix, V de Vendetta, Speed Racer o Ninja Assassin, el
teutón, guionista, compositor y director, no es quizás tan famoso por nuestras
tierras pese a sus múltiples facetas.
Entre sus trabajos más recientes destacaron El
Perfume - Historia de un asesino y The Internacional. Pero si por una obra en
concreto recordamos los más cinéfilos y amantes del cine germano a Tykwer es
por Lola Rennt, o Corre Lola, Corre. Aquella genial cinta protagonizada por
Framka Potente se convertía casi en un juego, en un reto interactivo al
relatarnos tres veces la misma historia pero de distinto modo, variando cada
uno de los minirelatos en función de las decisiones que tomaban los
protagonistas.
Quizás es por Corre Lola, Corre, que considero a Tom
Tykwer uno de los directores más capaces de haber trasladado una novela tan
amplia, compleja y de estructura única al celuloide. Y todo ha recaído en sus
manos, guión y dirección (compartida con Lana y Andy con quien se repartió
sendos equipos de rodaje).
Sólo este trío puede manejar tantas capas, relatarnos
como lo hace seis películas en una. Porque eso es Cloud Atlas: 180 minutos de
acontecimientos interconectados pero sin aparente relación. Y todos lo sabemos,
es muy difícil contar seis historias de modo simultáneo sin caer en el
aburrimiento o el embrollo narrativo.
¿Qué se nos presenta por tanto en Cloud Atlas? Pues
algo tan profundo como el modo en que las decisiones que tomamos cada día
resuenan a la vez en nuestro pasado y nuestro futuro.
Habla de vidas que fueron y momentos que serán. De
experiencias compartidas que se entrecruzan. Habla de karma. Habla de almas.
Así, en esta cinta, Tom Hanks no es sólo Zachary
Bailey. También es el doctor Henry
Goose, Issac Sachs o Dermot Hoggins. Halle Berry es Luisa Rey, periodista en
los setenta y Meronym en un futuro postapocalíptico. E igual ocurre con Jim
Broadbent, Hugo Weaving (magistral su encarnación como gruñona enfermera), Jim
Sturgess, Ben Winshaw, Hugh Grant o Bae Doo-na entre otros. En pantalla,
diversas almas pasan de un lado a otro, del bien al mal, del amor al odio...
Aventuras a finales del siglo XIX, un joven portento de la música enamorado,
una valiente periodista, un editor que planea fugarse de un geriátrico, una
humana diseñada genéticamente que abre los ojos a la realidad en Neo Seul o un
viejo pastor perseguido por el diablo... todo eso y mucho más es cuanto
presenta esta película.
Destaca el inteligente entrelazado de escenas. Visual
y verbal. Tykwer y los Wachowsky han sido capaz de trasladar el lenguaje de la
novela al fotograma y además le han aportado ese plus de presentar los mismos
rostros encarnando distintas pieles, más allá del espacio, el tiempo o la raza
a la que pertenezcan. Un ladrón y asesino en 1849 puede acabar siendo el
salvador de nuestro mundo en 2321.
Impresionante el trabajo de maquillaje, envolventes
el montaje sonoro y la música y muy pulidos los efectos visuales con un
apartado visual que nos transporta de modo instantáneo unas veces a un barco
cruzando el Pacífico en 1849, otras a un geriátrico inglés y otras al Seúl de
2144, en medio de una batalla de futuristas vehículos flotantes.
En ocasiones algo dilatada, la película no pierde
ritmo y te mantiene despierto tratando de averiguar cómo volverán a enlazarse
los destinos de los protagonistas, cómo encajan las piezas de este puzzle y
cual será el desenlace. Descubrir quién es quién puede volverse asimismo un
divertidísimo juego y motivo para revisionar el film. El humor, la tensión, el
drama y la acción... todos ellos tienen cabida en Cloud Atlas. De un modo u
otro, si el espectador decide relajarse y abrir su mente a cada una de las
historias, logrará engancharse emocionalmente a este recorrido por el sexteto
que compone esta sinfonía y que puede ser una de las más bellas construcciones
cinematográficas del año.
Sin duda, todo un sudoku cósmico.
En
España habremos de esperar al próximo 22 de febrero de 2013 para disfrutarla.
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