lunes, 31 de diciembre de 2012

¡FELIZ AÑO!



No conozco a la mitad de vosotros, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de vosotros se merece.


Hobbitadas a parte, en unas horas ponemos punto y final a cuatro estaciones más, a 12 meses, a 366 días y un montón de horas en los que he disfrutado con vosotros, cerca de vosotros, sintiendo vuestro calor, o en la distancia (sintiendo también vuestro calor, qué cohone). 


Y pese a mis intentos por descifrar la clave del teletransporte o conseguir permisos para experimentar con células madre de cara a clonarme, todo ello ha sido fútil. 

Sigo siendo esclavo de mi reloj, de mi agenda y de mis trastornos de déficit de atención con hiperactividad. Chisbol lo padece en primera persona, preguntadle. Ello no quita para que os quiera un montón y, aunque un asturiano me enseñó hace tiempo que las amistades son como las plantas y hay que cuidarlas, yo soy un mal jardinero y he dejado marchitar unas cuantas flores. 

Siento que 2013 es momento de acudir al vivero para remineralizar mi jardín. Esté aquí, allá o acullá, así será, pues así me lo piden el corazón y algunas de mis neuronas. Tengo amigos magos, hermanas con sobrinas, actrices... que requieren mi atención y a los que quiero con locura.

Sea como fuere...

¡FELIZ 2013!

No hay comentarios: