sábado, 29 de diciembre de 2012

Recuerdos en el aire: Chernóbil-La zona


Es curioso cómo el ser humano, una y otra vez, vuelve a tropezar con la misma piedra. O digámoslo de otro modo, para que no suene a mensaje ecologista u oportunista, es curioso lo cíclico de la historia, cómo siempre hay acontecimientos que se repiten. Las catástrofes naturales son un ejemplo (la naturaleza se abre paso irremediablemente, decía Ian Malcolm, personaje del film “Jurassic Park”). Las artificiales (por denominarlas de algún modo), también lo son.

Tal es el caso de Fukushima, la central nuclear nipona que, tras el terremoto del pasado 11 de marzo de 2011, entró en un fuerte periodo de crisis, poniendo en riesgo la vida circundante. Lo mismo ocurrió, hace ahora más de un cuarto de siglo con la central de Chernóbil, desastre humano donde los haya, que hasta hace poco ostentaba el privilegio de ser el único gran accidente nuclear del hombre (de lo que denominan “un nivel siete”).

Y es precisamente este acontecimiento el que sirve de eje de acción a la historia que nos narran Francisco Sánchez con sus palabras y Natacha Bustos mediante los lápices. Hablamos de Glénat y su novela gráfica “Chernóbil, la zona”.


Pero no es esta la historia de la central, de qué pudo fallar, del porqué o el cómo, sino que es más bien un relato del "dónde". Es la historia de una ciudad, Prípiat, levantada ex-profeso para los trabajadores de la central, la historia de una familia, de un grupo de seres humanos cuyas vidas cambiaron sin avisar. Es el reflejo de las consecuencias que, para cientos de personas, tuvo este horrible accidente acontecido en Ucrania.

Es por tanto una muestra de sentimientos, de lo que estos individuos sufrieron al ser arrancados de sus hogares, al ver truncadas sus vidas por el poder del átomo. Una aventura intrigante, intimista, que muchas veces dice más a través de sus viñetas mudas que de sus bocadillos.

Es un canto al recuerdo, a la vida misma y a cómo ésta continúa muchas veces sin permitirnos detenernos a respirar, a tomar decisiones, a elegir un camino.

Espléndido trabajo de documentación, tanto histórica, como gráfica, “Chernóbil-La zona” se entra por los ojos como el negativo de una fotografía, que una vez en nuestro interior se revela y nos hace recordar, sentir en carne propia, reflexionar.

Aprovecho para añadir un link al minisite de la obra para aquellos que deseen ampliar información, tanto acerca de la novela, como sobre el desastre ucraniano.
http://www.edicionesglenat.es/sites/lazona/

La historia se repite. Giramos y giramos, como la Noria del parque de atracciones de Prípiat, por siempre vacía…

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