jueves, 13 de diciembre de 2018

Crítica: Arde Madrid - Temporada 1


Bueno, quería comenzar agradeciendo a Paco León el haber creado esta serie. Principalmente por pensar en acromáticos deuteranopes como un servidor, es decir daltónicos, y producirla en Blanco y Negro. 

Dicho esto, qué es Arde Madrid? Pues es la nueva serie tragicómica de 8 episodios de media hora dirigida por Paco León, creada junto a su pareja, Anna R.Costa y producida por Movistar+, que ha hecho mis delicias. Me ha encantado todo. La historia, los actores, sus interpretaciones, la recreación del Madrid de los 60 y de su farándula, la fotografía, la música, el diseño de producción… todo.

En serio, me parece una obra de arte digna de ser vista. 

Arranquemos con la historia. De dónde parte la serie? Pues de algo que no deja de ser un tema candente entre generaciones pasadas de madrileños de pro. Los años que Ava Gardner, la diva, la famosa actriz Hollywoodiense. Ex mujer de Mickey Rooney y del mismísimo Sinatra, pretendida por el millonario Howard Hughes. Ava era bella, exuberante y además una grandísima actriz que se cruzó en pantalla con grandes de la época. Gregory Peck, Anthoni Quinn, Omar Sharif, Humphrey Bogart, Burt Lancaster…

De Ava y su estancia en Madrid se dicen muchas cosas, bueno, básicamente que no paraba de ir de fiesta en fiesta y que se lo bebía y se lo comía todo… literalmente.  Pero la que captó la atención de Paco León fue una anécdota acontecida en el 61. En aquel año, Ava era la vecina del piso de arriba del mismísimo General Perón, ex presidente de Argentina. Y se dice, se comenta, que Ava no paraba de gritarle desde la terraza “Perón Maricón” o “Perón, cabrón”. Este es quizás el punto de partida de la serie. La forma de vida de esta mujer descocada, su relación con el famoseo de los sesenta, con los hombres y con sus vecinos, pero visto todo ello desde un punto de vista diferente y original. El de su servicio doméstico.
Sí, porque la acción la llevan Inma Cuesta, Paco León y Anna Castillo. La primera interpreta a Ana Mari, miembro de la sección femenina que, en la oprimida España de Franco casi rozando el aperturismo internacional, es llamada a desempeñar una misión. Su superior, Carmen Machi en un cameo muy divertido, le encarga a Ana Mari entrar a trabajar como ama de llaves en casa de Ava Gardner para así tenerla vigilada de cerca, pues se rumorea que tiene contacto con comunistas. Pero para poder desempeñar dicha misión, por petición de la actriz, que requiere una pareja, Ana Mari debe entrar a trabajar a la casa con su marido. Así que la sección femenina busca a Manolo, Paco León, un pícaro que se gana la vida a base de trapicheos, que se hace pasar por el esposo de Ana Mari, convirtiéndose como tapadera en el conductor de la señora de la casa. Anna Castillo (qué grande es esta chica que igual te hace de prepúber reguetonera que de niña buena) aquí es Pilar, la otra criada, totalmente ignorante y ajena a lo que se traen entre manos estos dos y que tiene sus propios problemas en forma de un embarazo deseado en los años sesenta.

Como puntazo, tenemos a la propia Ava encarnada por una actriz que personalmente me chifla, por su rollo y su look. Amiga de juventud de Madonna, con una imagen muy de chica Pin Up, me volvió loco en el séquito y en Younger. Pues encontrármela de repente en una serie española dándolo todo y aprendiendo nuestro idioma para encarnar a Ava Gardner… podéis imaginar, me dejó con el culo torcido. 

No nos olvidemos de Osmar Núñez y Fabiana García Lago, que en el papel de los Perón, son uno de los puntos cómicos de la serie por esa relación casi de aquí no hay quien viva que tiene con la Gardner. La criada de los perón, una sufridora y alcohólica Rosario, otro puntazo. 

Pero además está el mundo gitano de Vargas y su familia. El capo del barrio, currante y humilde, pese a los trapicheos y que quiere recuperar el prestigio que ha perdido por persona simplemente por ser gitano y que sin buscarlo pone a Manolo entre la espada y la pared una y otra vez dando lugar a diversas situaciones de crisis en la casa que son la montaña rusa en la que se convierte la serie. 

Óptimo Moreno Borja como Vargas. No conocía yo a este hombre, pero me ha impresionado con su presencia. 

Como también despunta Julián Villagrán, encarnando a Floren, al hermano esquizofrénico de Ana Mari, un loco de la vida que le da la oportunidad a Villagrán de mostrarnos su perfil más divertido pero también el más dramático. 

En general tampoco quiero desvelar mucho de la trama, porque todo gira en torno a un embrollo que se traen entre manos Manolo y Vargas y que se lleva por medio al resto de personajes. 

Simplemente recalcar lo dicho, que me encanta cómo se ha recreado el faranduleo de la época. Por Arde Madrid pasan versiones de los 60 de Marisol, de Lola Flores, de Lucía Bosé y hasta de Carmen Sevilla, a la que pone cara una guapísima Melody. 

Y me encanta que todos los personajes sean igual de relevantes, no importa su origen o su posición social. El servicio doméstico, los mafiosillos del barrio, los famosos glamourosos, los de izquierda, los de derechas, los gays, los heteros, los jóvenes, los mayores… todos molan. 

Igualmente, me gusta el mensaje digamos sexual de la serie. Un mensaje de descubrimiento. La pérdida de la virginidad, la masturbación, el embarazo… están presentes de forma sutil pero con peso, así como el papel de la mujer, con una crítica muy inteligente canalizada a través de esa mujer de armas tomar que es Ana Mari, necesitada de amor, pero firme e independiente. Una cosa es amar y otra ser dependiente, lo que viene a decirnos en un magistral monólogo en los minutos finales de la serie. 

Un 10 out of 10 para esta serie que innova con comedia fresca, irreverente, desvergonzada, nostálgica, con actores de lo más variopinto e internacional y que sobretodo demuestra que aún no está todo escrito y, mejor aún, refuerza el buen momento de la producción propia patria y la imagen que tengo y que adoro de Paco León como gran actor y mejor realizador. Para aquellos que le criticaron diciendo que las pelis de Carmina eran poca cosa y que KIKI era simplemente un remake. Pues toma jeroma!!

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