lunes, 7 de enero de 2019

Crítica: Mary Poppins returns


No es una película para el 2019. Pero es una bella obra. El “problema” es que es una cinta inocente, sujeta a las fórmulas de antaño. 

LIN MANUEL MIRANDA es sin duda de lo mejor de la película, sobretodo cuando se ve en versión original donde este chico, más cantante que actor (de hecho más compositor), y de hecho más rapero que las dos anteriores, brilla con luz propia. Su voz y su manera de moverse son 100% broadway y a la par son muy personales. Tanto como para destacar. Y mola su papel de Jack, el sobrino y aprendiz de Bert, un adulto con corazón de niño que conoce bien la magia de Mary Poppins y sirve por tanto de nexo de unión del mundo mágico y las calles de Londres. 

Si bien la historia es original, hay guiños al segundo libro de PL TRAVERS, en el cual también traían a Mary Poppins cometa mediante o se internaban en un cuenco de cerámica. Solo que aquella historia no sucedía sino meses después, y por tanto los protagonistas eran los mismos Jane y Michael Banks, y no su descendencia. 

Mary Poppins Comes Back fue la segunda de 8 novelas, escrita por Travers en un momento de éxito claro. La última la escribiría ya con 90 años. Y me da qué pensar si Disney no pretende (de seer la película un éxito) alargar un poco más el rollo y convertirlo en franquicia. Ese final… qué triste es ser la Poppins. 

Lo que sí es original es la BSO de Marc Shaiman y Scott Wittman, que es deliciosa, sobretodo en su versión original. Es un insulto quizás compararla con los temas originales de los hermanos Sherman y a priori no calan igual, pero también tienen la ventaja de llevar más de medio siglo resonando en nuestras cabezas. Reto: Adaptar estas nursery rhymes, estas canciones con juegos de palabras tan enrevesados al castellano del 2019.

Jane está metida en política, pero muy de refilón. Se ve que no están las cosas en este 2019 como para andar tocando según qué fibras sensibles. 

Mis dudas sobre Emily Blunt: Desaparecidas tras un par de escenas. Es algo más seria que Julie Andrews y mi corazón siempre estará con aquel gag de SNL en el que Anne Hathaway encarnaba a la niñera. Ese ene l que explicaban que supercalifragilisticoexpialidoso era una enfermedad del hígado. Anne era perfecta para el papel. Pero curiosamente ha sido su compañera de reparto en El Diablo Viste de Prada quien consiguió el papel y, por su amplio espectro interpretativo, la Blunt me ha sorprendido, no puedo negarlo. Ya la habíamos visto capaz de lo más dramático en la chica del tren y también de dominar el musical en Into the Woods. Y también ha creado su propia Mary, sin tener que verse restringida a lo que Julie Andrews hizo en los sesenta. Esta es una Mary más oscura, más triste, más adaptada a la Gran Depresión y al drama que supone que Michael enviude y no pueda gestionar su vida familiar como debe. Pero también es una Mary más picarona, más espaciada y menos edulcorada, que sonríe de forma especial, que está emocionada por volver al hogar de los Banks y que, con esa media sonrisa y esas miradas suyas, parece esconder secretos y una vida de aventuras oculta en esos 25 años en los que no se la ha visto. Parece la misma Mary, pero el tiempo, sin duda, también ha pasado para ella. 

Ben Whishaw algo falto de carisma sumido en su propia Gran Depresión y a Emily Mortimer, que tanto me gustó en la Librería de Coixet, la tienen infrautilizada. 

Rob Marshall, de bailarín en Broadway (Cats) a coreógrafo y a director de cine (Piratas del Caribe) y Chicago. Mary con peluca en The cover is not the book, es un homenaje a Chicago? Sin duda el listón estaba muy alto. No se han esperado 55 años para traer de vuelta a Mary por nada. 

La peli ejerce como secuela, y en cierto modo como reflejo, más que remake, como réplica de la cinta original. La visita al mundo de porcelana como paralelismo al mundo de tiza de Bert, el encuentro con Topsy y su mundo del revés, como respuesta al flotante tío de Bert, las andanzas de los faroleros son un guiño a los bailes de los deshollinadores. Es un homenaje. Uno que a muchos no les dirá nada y a otros les dejará con ganas de revisitar el original. 

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